domingo, 29 de mayo de 2011

Reflexión sobre la locura

        La locura, según el psiquiatra español Carlos Castillos, es un estado mental del ser  humano en la que   no puede incorporar  la realidad y está permanentemente viviendo su fantasía.
        Luego de elegir con mi compañera el  nombre de nuestro blog, me surgió la reflexión. ¿Son las letras las locas?  o ¿los locos ocupan las letras para sus locuras?.
        Pero ¿Quiénes son los locos que ocupan las letras? Violeta en una locura de amor escribió Gracias a la vida, y luego se suicidó. Huidobro, el eterno, se quiso quedar en su Cartagena para que en el fondo de su tumba se viera el mar. Bècquer permitió que la locura  confunda un rayo de luna con la ilusión del amor. Cervantes, nos regaló el gran loco de todos los tiempos: Don Quijote.
        Los locos de las letras son aquellos que no se dejan atrapar por la vorágine de lo estructurado, de lo económico, de lo supuestamente correcto. Son aquellos que se dan el tiempo de observar con otros ojos el pasar de la vida o simplemente, de soñar.
        Si ser loco es soñar con la igualdad, viva la locura. Si la locura va unida a la esperanza de un mañana sin injusticias, háganme un espacio en ella.
        Einstein dijo: “La locura, la verdadera locura, nos está haciendo mucha falta, a ver si nos cura de esta peste del sentido común que nos tiene a cada uno ahogado el propio”
        Los niños de hoy, enfrascados en la tecnología, cada día tienen menos imaginación. Por eso ni a Papelucho lo entienden. Yo les pido a mis alumnos que cierren sus ojos y dejen volar su fantasía, que esta se escape por una rendija de la ventana, que se eleve alto para ver el mundo y que regrese a jugar con las palabras.
        Locas letras, letras locas, ojalá algún día pueda dejar en ellas mis propias locuras.
                                                      Berta  Araneda A.

LETRAS LOCAS, LOCAS LETRAS: El esfuerzo y la enseñanza.

LETRAS LOCAS, LOCAS LETRAS: Reflexiones sobre la locura

sábado, 28 de mayo de 2011

Los limites en los niños.


En las últimas décadas hemos visto un interés creciente de parte de los padres de familia por el desarrollo y educación de sus hijos. Como los padres están comprometidos y preocupados por el bienestar de sus niños: de Amarlos, guiarlos, protegerlos dándoles los lineamientos y ejemplos para que lleguen a ser adultos útiles a la sociedad.
Para que un niño sea feliz es fundamental que se sienta protegido. El sentimiento de protección aparece si en casa se definen e imponen límites y si los padres son firmes y constantes en su mantenimiento. Los límites son muy importantes para el niño, porque además de sentirse protegido, le dan seguridad. Aunque se resista a asumirlos, le permiten saber quién está al mando de la situación. Para el niño sería terrible sentir que nadie le controla. Igualmente, las normas le enseñan qué está permitido y qué prohibido, un aprendizaje imprescindible para convivir con los demás. Un niño no querrá menos a sus padres porque le pongan límites y le exijan que los cumpla.
Para mantener los límites de forma consecuente, en muchas ocasiones los padres tienen que decir que no, y no ceder a ciertas exigencias de sus hijos. No hay que sentirse culpables puesto que las negativas ayudan a los niños a madurar y crecer. Pues no siempre las cosas saldrán como ellos quieren y deberán aprender de sus errores  y enfrentarse a muchas frustraciones.
La tolerancia a la frustración se aprende en la infancia, cuando los padres dicen “no” y lo mantienen. Si un niño no conoce el no del adulto, le costará mucho más hacer frente a la adversidad.
Donde lo más importante es trabajar para que sean felices y encuentren su lugar en la sociedad después de haber adquirido recursos para ser creativos, productivos y responsables.
Principios básicos a la hora de establecer límites:
. Partiendo desde la más temprana edad.
. Dedicando el tiempo suficiente.
. Acordando las consecuencias.
. Dando a conocer su importancia.
. Con seguridad y firmeza.
. En un clima de calidez, confianza y amor.
. Tratando a los niños con afecto y respeto.
. Utilizando un lenguaje claro y directo.
. Estableciendo reglas acorde a la edad y capacidad de los niños.

De la teoría a la práctica.



Padres e hijos reciben su título el mismo día,
pero ninguno de los dos ha asistido a un curso para ejercer su profesión”.
                          

Luego pienso.
Existe dos clases de padres: Aquel empresario que invierte y exige resultados. Donde si tiene éxito sus hijos serán maquinas perfectas. Y el padre agricultor que siembra con amor, riega con cariño, espera con ilusión y disfrutar ver crecer la vida de sus hijos. El cual si tiene éxito tendrá hijos felices con raíces profundas.
Reflexionemos...
¿Qué tipo de padres somos? y  ¿Cómo  influye nuestra actitud sobre los hijos?
Que importante es plantearles a los  niños  que si bien en la vida no podemos tener todo  lo que  soñamos, si podemos lograr  gran parte de ello  con  esfuerzo y  perseverancia.
                                                                                                                                     
                                                                                                      Valeska Muñoz
                                                                              Profesora de Educación Básica.













viernes, 27 de mayo de 2011

El esfuerzo y la enseñanza.

         Desde que la educación existe está ligada a la desigualdad que acuna el seno familiar. Hecho que va más allá de la situación socio económica donde ha nacido el niño o niña, sino, de las esperanzas y proyectos de vida que se infunden en ellos.
         En mi trabajo diario, veo este valor del esfuerzo más lejano, lo fácil, lo simple, está más compenetrado en nuestros alumnos.  Trabajan por la nota de aprobación y en eso, sus padres los apoyan. Lo más importante  es pasar de curso,  no aprender. Escudriñan la nota mínima aunque quede un gran vacío en ellos.
          Mi padre fue trabajador desde los siete años y no pudo terminar su escolaridad básica.  Aprendió que el trabajo sin estudios requiere mayor esfuerzo, es más despreciado y con menores recompensas.
           Él, en un esfuerzo supremo educó a sus hermanos menores y nos enseñó que más allá del agotamiento, la constancia lleva al éxito.
            Gabriela Mistral dijo: "Todo esfuerzo que no es sostenido se pierde". Agradezco las enseñanzas de mi padre y el proyecto de vida que  permitió forjarme.
            Deseo fervientemente, que a mis alumnos sus padres les ayuden a soñar un futuro, que quizás requieran mucho trabajo. Al menos yo, intentaré mostrarles ese camino.
                                                                                   Berta Araneda